sábado, 10 de marzo de 2012

Mujer araña.

Hoy mi abuela me pidió que ordenara la bodega.
Agarré la escoba y con una sonrisa en mi rostro limpié el polvo.
Compré unas cervezas y del suelo emergieron mis amigos.
Bromas iban, bromas venían y la bodega con seda se vestía.
El cuarto se agrandaba con cada segundo que pasaba.
Con cada segundo que pasaba cada caja se agrandaba.

Una mirada y un recuerdo.
Flores, gatos, dulces y guitarras.

Mis ojos lloraban mientras las cajas, a mis amigos aplastaban.
Uno a uno se hacían humo.
Polvo...

Pero ahí estaba yo con mi escoba.
Jugando con una rosa.
Ordenando los pétalos, eliminando las espinas.
Es un caos ser jardinero cuando uno no discrimina.
No es tarea sencilla.
Pero mi humildad se suicido al ver que el piso aun brilla.

Volví a jugar con una sonrisa.
Las consecuencias son el fruto de tu movida..
El reloj avanzaba.
El reloj asesinaba.

No importa, no los necesito.
"Nadie puede salvarte sino tu mismo"
Mi escoba avanzaba.
Mi escoba asesinaba.

Y así hasta que quedamos uno contra uno.
Era algo tan simple.
Es imposible pincharse si solo queda un pétalo.
Una mirada y un recuerdo.
Pero mis manos me hicieron perder el juego.
La caja cae al suelo y el pétalo se rompe.
El pétalo se rompe y al suelo cae una araña.
La araña cae al suelo y mi orden se corrompe.

Lluvia de cajas.
¿Quién tuvo la culpa?
La araña.
¿Quién se quedó con la culpa?
Yo

Aun no sé porque apareciste cuando tenía todo ordenado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario