sábado, 25 de junio de 2011

Cuando arrancaron la mano que les dio de comer.

Caminaba por las nubes cuando un gigante me habló.
"Los días estan contados" me dijo.
Yo le pregunté que quien los contó y me golpeó en la cara.
Quedé inconciente.
Desperté en la copa de un árbol.
Bajé y no vi a nadie en 748 kilómetros de camino.
El camino era largo y seco.
La sed me destrozaba.
Quedé inconciente.
Desperté en un suelo congelado.
Me encontré con un gusano.
"Ni te imaginas como llegué acá" me dijo.
Le dije porsupuesto que no, eres un gusano.
Me lanzó un líquido en la cara.
Quedé inconciente.
Desperté en el estómago de alguien.
No había nada más que jugos gástricos.
Eran notáblemente tóxicos.
Quedé inconciente.
Desperté en una canoa.
Había un harapiento hombre que la conducía.
"Alguna vez en estos mares existió la hermosa Francia" me dijo.
Le pregunté si había sido su esposa y me golpeó.
Quedé inconciente.
Desperté en un país de Sudamerica.
No alcanzé a dar ni 5 pasos y se me abalanzó un grupo de hombres.
"Entréganos tu billetera o te comemos" me dijeron.
Les dije que no porque me la había regalado mi abuela antes de morir y me golpearon.
Quedé inconciente.
Cuando desperté, caminaba a través del fuego.
Me encontré con otro gigante.
"Los días se terminaron de contar" me dijo.
No le dije nada e igual me golpeo.
Quedé inconciente.
Desperté en la estatua de la libertad.
Todo seguía normal.
La gente celebraba quien sabe que cosa.
El primer gigante apareció.
"El tiempo de ellos no ha acabado, el tuyo si" me dijo.
Le dije que porque si mi reloj aún funcionaba y me golpeó.
Quedé inconciente.
Desperté y camine por las estrellas.
La tierra se veía gris.
La tierra no era la misma.
El aire se me acabó.
Quedé inconciente.
No desperté.

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